Sala Gertraud

Gertraud von Bullion

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“En la medida en que uno más reza y deja que el Espíritu Santo actúe, va adquiriendo esa santa libertad de espíritu, que lo lleva a uno a hacer cosas que dan un fruto enorme” dijo el Papa Francisco durante la audiencia con la familia de Schoenstatt el 25 de octubre. 

Esa santa libertad de espíritu es la que sintió una joven y la que la llevó a buscar su lugar en un ámbito netamente varonil durante la Primera Guerra Mundial. Y con perseverancia. Aquí no existen mujeres, descubrió. Pero ella estaba convencida: aquí deben haber mujeres y yo seré una de ellas.

Nos referimos a Gertraud von Bullion.

En el año 1917 durante una misión como enfermera de la cruz roja en un lazareto, conoció a Franz Salzhuber, uno de los primeros schoenstattianos. Fue después de un servicio de oración en una habitación contigua, después de una pequeña charla - muy sencilla e insignificante, pero trascendental para la hija del conde.

Después de los disturbios de la guerra y severas desgracias familiares, ella inició la búsqueda del sentido de su vida, así como también buscaba un lugar que le regale no solo estabilidad y seguridad en la fe, sino también profundidad. Ella se puso en camino hacia Schoenstatt y el Padre Kentenich, con mucha perseverancia y paciencia ya que en ese entonces en Schoenstatt no había lugar para las mujeres. Pero esto es lo que Gertraud Bullion quería, un lugar para ella, para las demás, pero sobre todo para Schoenstatt. Primero sola, luego sin ningún compromiso junto a otras mujeres, y finalmente casi después de cinco años desde el primer encuentro, Schoenstatt se abre hacia las mujeres, mujeres comprometidas que viven con la misma determinación y disposición que los varones y quienes quieren servir a Cristo y a la humanidad en el mundo. 

Ella sabe reconocer las necesidades de las personas

Gertraud von Bullion es la primera mujer que se sintió capturada por el amor de la Mater y quien logró que muchos hasta el día de hoy vivan dentro de esa corriente de amor de la Alianza de Amor.

Gertraud von Bullion es una mujer decidida, segura de sí misma, así como también musical y artísticamente talentosa. Ella sabe reconocer las necesidades de las personas a su alrededor y sabe como aliviarlas. Existen muchos informes acerca de cómo ella se ocupaba de los soldados en la guerra aliviando no solo su sufrimiento físico sino sobre todo el espiritual. Cuando ella misma se enfermó de tuberculosis grave, lo que le provocó una muerte prematura, le tocó experimentar profunda soledad y tristeza; esto le ayudó a acrecentar su fortaleza al máximo.

“El gran maestro de perder el tiempo es Jesús, ¿no? Él ha perdido el tiempo acompañando, haciendo madurar conciencias, curando heridas, enseñando. Acompañar ese hacer camino juntos”.

Una frase del Papa Francisco que le hubiese gustado mucho a Gertraud.

Al igual que su comentario acerca de la Iglesia como hospital de campaña – para ella, enfermera durante la guerra  –, destacando que en el hospital de campaña primero deben cerrar heridas y aliviar dolores…antes de comenzar cualquier iniciativa educativa.
Su forma de ser sencilla y sin complicaciones ayudaría hoy en día, ahí donde sea necesario, a actuar firmemente o a encontrar soluciones en situaciones desesperadas.

Un lugar en Belmonte

Ella fue la primera mujer en Schoenstatt: Gertraud von Bullion. Ella también tiene un lugar en Belmonte. La primera habitación que reciba un nombre de mujer, debe llevar su nombre. Éste es el propósito de muchas personas que se sienten unidas a ella y a su misión.