Puerta y ventana

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“Una puerta y una ventana para Belmonte” - un apadrinamiento personal

Puertas y ventanas abiertas, abiertas de par en par, para salir al mundo, hacia los hombres: una visión que representará para siempre el pensamiento del Concilio Vaticano II. En este sentido y precisamente el día de clausura del Concilio Vaticano II, el Padre Kentenich colocó la piedra fundamental para “el santuario de todos nosotros” en Roma.

Puertas y ventanas abiertas representan la imagen que tenemos de iglesia:

  • abiertas hacia las corrientes que mueven el mundo.
  • que dejan pasar el aire fresco de los tiempos actuales con sus preguntas y sus anhelos, con sus sueños y sus preocupaciones.
  • que no se cierran para nadie  y que desde lejos reconocen a quien se encuentra en  búsqueda.
  • y que dejan fluir el espíritu del Espíritu Santo hacia el mundo.  

Con la construcción del centro de Belmonte en Roma, el movimiento de Schoenstatt quiere ser un aporte activo hacia una iglesia dinámica, abierta y orientada al mundo – una iglesia como la anhelada por el Padre Kentenich, como la anhelada por el Papa Francisco.

 Esta acción está terminada.